Un sueño

Aquel sueño que puso
mi cerebro más triste que un bosque de viudas,
aquel sueño soñado hace mil años,
me ha ofrecido de nuevo
su paisaje de bello abismo en llamas
con ménades tan rojas como el vino que beben.
Al cabo de mil años,
mi cuerpo se convierte en dos, mujer y hombre.