Quizá sea hora de marcharse

¿Por qué tan sola?
Un rincón de gardenias
te oculta a los hachones.
Tan quieta y enigmática y actual,
muchacha mía de distantes ojos,
etc.
¡Ámame!
Cada lecho de flores
nos urge.
¿Cómo te llamas?
Silencio, silencio.
El silencio es la excusa de los muertos.
Quiero besarte
y te beso.
Demasiado he bebido, estoy besando
una estatua
de Afrodita, una frígida
estatua de Afrodita entre gardenias
en la terraza frente al mar.