Oráculo de Liceo

(Apolo)

¿Qué cosa es la que más incita al hombre
a agradecer la vida en todo el universo,
la sola que fascina más que ninguna otra,
la que resume la existencia, y salva?

¿El cuerpo sin final de la mujer,
su desnudo inventado por un dios generoso?

¿El frágil techo en fiesta de la noche
pintado de piedades plateadas?

¿El vino que regala coronas de albedrío
y relaciona los silencios?

¿El lenguaje, su ritmo, transparentes sones
como olas de palabras ante espejos?

No sigas. Nada al hombre más importa,
nada lo turba y enamora tanto
como morir. La muerte lo devuelve
a su niñez sin años, a su eterna
vacación de verano.
La muerte tiene
el mismo olor que tiene la existencia,
pero el jardín está presente.